Esta tesis tiene como enfoqué el museo como objeto de estudio histórico, intentando mostrar que dicho sitio no debe ser ya considerado como un sitio abandonado o inmóvil, sino más bien como una substancia cambiante de lo político gracias a un estudio comparativo entre dos instituciones colombianas. Debido a que sobrepasa sus funciones de lugar de exposición, el museo evoluciona a la par del territorio donde se implantó, y a la población que se encuentra en el mismo, asimismo, se encuentra a merced de los eventos históricos que atravesaron dicho territorio en diferentes escalas.La puesta en escena del patrimonio cultural dentro de un espacio como el museo es portadora de representaciones y sujeta a la manipulación. De hecho, un museo puede borrar una franja de la Historia que no correspondería a los retos contemporáneos de un grupo de individuos designados bajo la bandera de nación o de comunidad. En efecto, dentro de todo guion museográfico, existe una ley del silencio y así, el poder del olvido no conoce límite. En Colombia, país que hoy en día entró en un proceso postconflicto, las relaciones de fuerza constantes entre el deber de memoria y la Historia por un lado, entre el Estado y la sociedad civil por el otro, hacen del museo un instrumento de poder, igual que un creador de democracia participativa.