Saint-Pierre-ès-Liens, o, en español, San Pedro Encadenado, iglesia de un antiguo monasterio perteneciente a la Orden de Cluny, es un edificio del siglo XII, construido sobre los cimientos de un edifico posterior y enrasado, el cual fue construido sobre una necrópolis que se remonta a los siglos VI y VII donde fueron actualizados desde en el siglo XIX varias tumbas cristianas. Saint-Pierre, antiguo corazón del monasterio que nos ocupa lugar, sigue existiendo, pero solo, ya que los edificios del complejo monacal ya han desaparecido. Es gracias al desprendimiento de uno de los encalados del siglo XIX que aparecieron de manera sorprendente para todos, los frescos que hemos estudiado aquí. Estas fueron completamente despejadas y restauradas a principios del siglo XXI, dejando aparecer dichos frescos. Cubriendo el ábside, los muros del hastial y de su bóveda, varias escenas entran en escena: primero, la Resurrección de los muertos, destacando la bóveda de cuarto de esfera del ábside, en la cual son representados Cristo en el centro de la escena, María y el apóstol Juan respectivamente. Estos personajes están situados en medio de otros más pequeños que figuran ser muertos levantándose de sus tumbas. Bajo estos se encuentra el Colegio apostólico. Sobre la bóveda encontramos elementos característicos de las escenas apocalípticas anteriormente mencionadas: el Cordero de Pascuas y cuatro ángeles haciendo sonar trompetas rodeados de muertos. Por otro lado, los muros situados al norte y sur del hastial fueron adornados de medallones: el Noli me tangere, santa Margarita naciendo del dragón, y la Adoración de los Magos. Este estudio está basado en el edificio y sus pinturas para llevar a cabo una reflexión en torno a la transición tal y como la percibían los cristianos de entonces.